PAVLOVO-POSAD SHAWL MANUFACTORY
Desde los orígenes de la fábrica hasta la actualidad
PARTE 1

La empresa de mantones tiene más de dos siglos de antigüedad. Pero los pañuelos y chales Pavlovo Posad, de fama mundial, no se fabricaron desde el principio.

Catalina II.
Artista desconocido en la segunda mitad del siglo XVIII.
Durante el reinado de Catalina II hubo un gran desarrollo de la producción textil. Más de 70 talleres de pañuelos de seda pertenecían a los campesinos y estaban ubicadas en el distrito de Bogorodsky en la provincia de Moscú, al que pertenecía históricamente Pavlovsky Posad. Entre ellos se encontraba el taller de seda de un campesino del pueblo de Pavlovo («Vokhna tozh»), Ivan Labzin, fundada en 1795.
Sin embargo, tales talleres, tenían el nombre oficial de “fábricas”, aunque solamente en su mayoría eran áticos de tejedores donde se utilizaba el trabajo manual. La fábrica del campesino Ivan Labzin de Pavlolvo no fue la excepción: empleó a una docena de campesinos libres que confeccionaban pañuelos de seda «mediocres» y de «mala calidad"


Típicos talleres campesinos al principio siglo XIX
El taller evolucionaba y se enriquecía año tras año. Generación tras generación, los propietarios de Labzin también se enriquecieron junto con él. Sin embargo, habiendo permanecido en la clase campesina durante mucho tiempo, solo los nietos de Ivan Labzin pudieron subir su estatus social de campesinos a comerciantes. A mediados del siglo XIX, el taller creció al nivel de la manufactura, y pasó a manos de Yakov Labzin, quien era el bisnieto de Ivan Labzin. Yakov junto con su socio Vasily Gryaznov, reorientó el negocio a la producción de chales de lana con estampados.

Shal, Rusia, 1820. Retrato de una mujer desconocida con un vestido blanco, I. Smirnovsky, 1820. De la colección del Museo Estatal Ruso

Retrato de una comerciante de Ryazan. Artista desconocido, 1840.
Los mantones se generalizaron, cuando muchas manufacturas y fábricas establecieron la producción de mantones más baratos con patrones impresos en comparación con los tejidos a mano.
Durante esta época aparecieron muchas fábricas en Moscú y en la provincia de Vladimir por el incremento de la demanda de chales. Yakov y Vasily tuvieron que trabajar en condiciones de feroz competencia. Sin embargo, los comerciantes de una pequeña ciudad cerca de Moscú lograron no solo sobrevivir, sino también ocupar el principal puesto en las extensiones comerciales del Imperio ruso gracias a su talento y vigor.
El hecho de que en 1861 los trabajadores de la manufactura incluían impresores de calicó, talladores, pirógrafos, dos coloristas e incluso tres dibujantes. Una medalla de plata recibida por «Buen tejido e impresión de muselina de ligne y pañuelos» en la exposición de Moscú de obras de manufactura rusa de 1865 habla de los éxitos de la nueva producción de Yakov Labzin y Vasily Gryaznov.
La fabrica de Yakov Labzin, siglo XIX


Vasily Gryaznov e Ivan Labzin
Los chales formaron parte de la vida cotidiana de varios niveles sociales de la sociedad rusa, convirtiéndose en un elemento característico de la moda del siglo XIX empezando por los nobles y luego pasó a ser popular entre los comerciantes y campesinos.

Los pañuelos de la década de 1860 son los primeros chales de Pavlovo que han sobrevivido hasta nuestros días. Su originalidad se puede determinar con precisión mediante las marcas en el reverso de los pañuelos, un sello que indica la empresa y el tiempo de fabricación.